Las gafas de sol se han convertido en un complemento por excelencia. Tienen una función de protección ocular —por ello, la importancia de la calidad de los cristales y el tratamiento que se les aplica—, pero también aportan un toque diferente a cualquier look, y no solo en verano. ¿A quién se le ocurrió esto de las gafas de sol?
En China, pero para esconder
Los primeros indicios de oscurecer los vidrios de cuarzo los encontramos en China en el siglo XII. El motivo era evitar mostrar la expresión de los jueces antes de emitir su veredicto. Los esquimales también las utilizaban, pero en este caso con una función protectora: eran de hueso, sin cristales, con una pequeña ranura en el centro por donde miraban; al llevar los ojos prácticamente tapados, evitaban que el reflejo del sol en la nieve les entrara en los ojos.
Con funciones oculares
A pesar de que en 1430 aparecen en China —provenientes de Italia— las primeras gafas graduadas oscurecidas, también para los jueces, no es hasta 1752 que el óptico inglés Ayscough empieza los ensayos para oscurecer los cristales y solucionar problemas oculares producidos por la sensibilidad al sol.
El boom, en el siglo XX
En 1920 la marca americana Foster Grant empieza la producción en serie de gafas de sol. En 1937 salen a la venta las primeras Ray-Ban, que consiguen fama mundial, al ser popularizadas por los aviadores aliados durante la Segunda Guerra Mundial. En los años sesenta, Foster Grant transforma el concepto y convierte las gafas en el elemento de moda de las personas famosas. El movimiento hippy las catapulta entre el público general, con una gran evolución en cuanto a formas y colores.
En illa Carlemany, para todos los gustos
Quars dispone del surtido de gafas de sol de marca más grande del centro comercial. Hay modelos para todos los gustos. Si buscas una pieza más técnica, pasa por Oakley, y si quieres gafas de sol graduadas, visita la tienda de Alain Afflelou.