El verano es momento de comidas frescas y ligeras, en que verduras, hortalizas, ensaladas y fruta ganan protagonismo, pero también es el momento en que una más rápida maduración del producto puede echar a perder alimentos. Fijémonos en los productos de temporada que ofrece el supermercado del centro comercial y en algunos consejos para no despilfarrar comida.
Verano: estallido de sabores y colores que invitan a la creatividad
Tomates, calabacines, berenjenas, pepinos, lechugas o pimientos son estrellas del verano, junto con un buen surtido de frutas, como por ejemplo el melón, la sandía, las nectarinas o los higos. Productos de temporada muy sabrosos que podéis encontrar en el Caprabo de illa Carlemany, y todos ellos contienen vitaminas, minerales, fibra y sustancias beneficiosas como el agua que nos ayudan a mantenernos hidratados.
Creatividad también para evitar el despilfarro
¡Y otros consejos que también ayudarán a tu bolsillo!
Aguzar el ingenio también debe servirnos para dar salida a esos ingredientes que ya no se pueden aprovechar porque han madurado y pueden haber perdido la textura firme y tensa, o a esas sobras de la cena, cuyo reciclaje puede albergar el invento de nuevos platos. Cremas frías, rellenos de tortilla o de bocadillos, ingredientes para una pizza, salteados de verduras o la conversión de un gazpacho en una vinagreta son algunos ejemplos de este «reciclaje». Y también podemos añadir la congelación de alimentos como técnica prodigiosa para una cocina sostenible. Incluso los huevos pueden congelarse, batiéndolos o bien separando las claras de las yemas y congelándolo por separado.
Y otros tres consejos ayudarán también a nuestra economía: comprar con el hambre saciado, porque, si no, lo haremos pensando que tendremos la capacidad de comerlo todo; llenar la nevera cada dos o tres días y evitar que haya alimentos que acaben perdiendo parte de sus propiedades, y dedicar un rato al día a cocinar y dejar así el plato a punto.