En illa Carlemany, el centro de Andorra, los perros tienen acceso libre a las zonas comunes, siempre y cuando las personas propietarias se hagan responsables de ellos, los lleven atados, los lleven a cuestas en las escaleras mecánicas y respeten las restricciones de acceso en ciertos establecimientos. Así, a menudo, la clientela mira escaparates con su perro al lado o lleva su mascota a la peluquería: en la planta 2 los perros tienen Hunter by Yorky’s, su establecimiento de referencia.
Es un auténtico templo para las mascotas, puesto que venden desde alimentación específica según la edad hasta juguetes, golosinas, casetas, camas y las últimas tendencias en correas o complementos. La humanización de los perros es cada vez más evidente en la ropa y los complementos. En un país como Andorra, donde en invierno el frío es intenso, es importante proteger a los perros de las bajas temperaturas, así como calzarlos para evitar que la sal para deshacer el hielo les dañe las patas.
Marcas importantes como Ralph Lauren o Moschino crean líneas específicas para las mascotas. Algunos diseños míticos de la marca del jugador de polo, como por ejemplo los jerséis de lana azul marino o gris, tienen la versión para pequeños perros, con el logotipo o la bandera norteamericana en la espalda. Lo mismo hizo Moschino con sus icónicos estampados de cadenas doradas: los aplicó a prendas de ropa que en su momento se comercializaron a través de una cadena de tiendas de precios muy moderados. ¡Parece adecuado, pues, hablar de un dog-à-porter!