El helado es un clásico del verano para hacerse pasar el calor. Todos están buenísimos, tanto los de hielo con sabor a limón como las auténticas delicias a base de leche batida, congelada y mezclada con otros ingredientes de mil sabores. Pero ¿cuál es el origen del helado?
LA HISTORIA DEL HELADO
Parece que los chinos fueron los primeros en mezclar hielo con fruta y miel, y que los romanos también lo hacían, lo cual se conoce porque el emperador Nerón se hacía traer nieve de los Alpes. Alejandro Magno enterraba ánforas con fruta y miel en la nieve, y conseguía postres refrescantes, y los califas de Bagdad ¾los de las Mil y una noches¾ mezclaban nieve con zumos de fruta y los llamaban sharbets. Marco Polo los introdujo en Europa en el siglo xiii: ¡los conocidos polos le deben el nombre! Lo cierto es que la preparación era complicada y poco popular: se derretían rápidamente y solamente estaban al alcance de quienes podían traer hielo de las cimas y conservarlo en pozos sepultados.
Los helados a base de leche, similares a los de ahora, llegaron en el siglo xvi. Un cocinero francés en la corte inglesa mezcló zumos con leche y la combinación gustó tanto al rey que se lo recompensó muy bien, pero le hizo prometer que no revelaría la receta.
Pero es al italiano Francesco Procopio dei Coltelli y a su café en París a quien se atribuye la popularización del helado, de vainilla y de chocolate. ¡Ya lo servían en 1686 a la que se considera la primera heladería de la historia!
En el siglo xviii las recetas del helados ya aparecen en libros de cocina y en 1913 se inventa la primera máquina para elaborar la crema helada: un gran cilindro con unas aspas, congelado por un potente equipo de frío.
Después de saber todo esto…, ¿no os apetecería un helado de nata, crema o chocolate del Mycorner, con cono de galleta crujiente y relleno de Nutella y con toppings? ¿Y un yogur helado de LaYogurtería by Danone? Mmmmm, ¡qué ricos!