Con las bajas temperaturas de este invierno, quizás te has encontrado los cristales o la manilla del coche helados después de aparcarlo en la calle durante un gélido día de compras en el centro de Andorra.
Si aparcas en la calle y te encuentras heladas ventanas, parabrisas, manillas o retrovisores, no debes activar el limpiaparabrisas, porque el hielo acumulado puede dañar el mecanismo. Además, si tiras más líquido en los cristales, se acumulará más hielo. Lo más acertado es poner el motor en marcha y poner la calefacción al máximo, dirigiendo el aire hacia el parabrisas. Cuando empiece a descongelarse, es el momento de rascar con una rasqueta de plástico (o una tarjeta de plástico o, incluso, una funda de CD).
No rasques el parabrisas con un elemento metálico ni mojes con agua caliente los cristales, porque el contraste de temperatura puede romperlos. Utiliza líquido anticongelante, de venta en talleres o gasolineras, pero siempre tienes que pensar en tener un poco en el maletero. Hay también un remedio casero: mezcla dos partes de alcohol y una de agua, a temperatura ambiente.
Otra solución, más cómoda y práctica: ir al centro de Andorra a comprar y aparcar en illa Carlemany, donde hay 425 plazas distribuidas en tres platas subterráneas. Desde aquí tienes acceso directo al centro comercial, lo que facilita ir con el carrito del supermercado Caprabo hasta el vehículo.
En función del importe del tique de compra, Caprabo te bonifica el coste del aparcamiento; otros establecimientos del centro comercial también te darán tiques de aparcamiento. Además, el aparcamiento subterráneo de illa Carlemany dispone de lavacoches, zona de recarga para vehículos eléctricos —también de la marca Tesla—, un espacio exclusivo para motocicletas y un sistema de lectura de matrículas en sus barreras, lo que facilita la apertura en el momento de abandonar las instalaciones.