Como las flores en primavera, las gafas de sol son una señal inequívoca que estamos en plena temporada. Pero en el momento de escogerlas, debemos fijarnos en un aspecto importante: la calidad de los cristales, porque, más allá de la estética, tienen que cumplir su función principal: proteger nuestros ojos de los rayos solares. Por eso los cristales deben tener la certificación de homologación y filtros para las radiaciones UVA y UV 400. Si cumplen los requisitos técnicos, ya podemos adentrarnos en el mundo de la moda.
De la misma forma que hay tendencias para la ropa, también las hay para las gafas de sol. ¿Y cuáles son las de este verano? Todos los gurús de la moda han apostado por monturas gruesas, de vivos colores, estampadas y exageradas, pero también las de finísima estructura metálica, incluso con pedrería incorporada.
Proponen formas geométricas grandes, que van del cuadrado al rectángulo, pasando por las redondas o hexagonales, con los clásicos cristales ahumados en gris, marrón o negro, o con tintes exagerados, como el rosa, el verde o el azul. Y los cristales con efecto espejo y de colores siguen en alza.
También triunfan este año los aires retro, inspirados en los años setenta del siglo pasado, de evolucionada estética aviador, así como las formas pequeñas de estilo tiny —rectangulares u ovaladas— y, en especial, el modelo «ojos de gato» para la mujer sofisticada y elegante.
Si aún no tienes gafas de sol, en illa Carlemany, el centro de Andorra, encontrarás establecimientos especializados: en la planta baja, Quars —donde la moda se impone— y Oakley —que ofrece una amplia gama técnica para deportistas—; y en la planta 0, la óptica Alain Afflelou —que también trabaja con gafas graduadas, lentes de contacto y control de la visión—.