Más allá de tiendas, hoteles, restaurantes, estaciones de esquí y atracciones turísticas, el invierno en Andorra presenta un calendario variado de fiestas y tradiciones, en el que hay que destacar las Escudelles (sopa típica andorrana) de Sant Antoni o las de Sant Sebastià. Así, durante la segunda quincena de enero se celebran en las parroquias de Canillo, Encamp, La Massana, Andorra la Vella y Escaldes-Engordany las Escudelles de Sant Antoni, y en Sant Julià de Lòria la celebración es por Sant Sebastià. Se trata de una tradición que se remonta a las comidas que se preparaban para los pobres y que desde hace cincuenta años se ha recuperado en casi todo el país. Un plato contundente cocinado en la calle desde primera hora de la mañana que entra muy bien en estas fechas tan gélidas, aunque se tenga que comer en la calle y de pie.
También alrededor del día de Sant Antoni, en la parroquia de Escaldes-Engordany, se celebran los Encants de Sant Antoni. Una tradición que arranca de principios del siglo XX y que consiste en rifar lotes de alimentos. El dinero obtenido con la venta de los números de la rifa se destinan a una causa solidaria.
Otra fecha que hay que destacar en el calendario de invierno es el Carnaval, ya que casi todas las parroquias lo celebran. Andorra la Vella y Escaldes-Engordany lo organizan conjuntamente, y uno de los actos más curiosos es el Robatori de les Olles (Robo de las Ollas), una tradición que se ha recuperado desde hace pocos años pero que tiene sus orígenes a principios del siglo pasado. En un principio, los jóvenes entraban en los hogares a robar ollas. Mientras unos despistaban con canciones y charlas, otros vigilaban los movimientos de las propietarias para llevarse el recipiente y disfrutar de su contenido. Ahora se prepara una representación para que los más pequeños conozcan esta tradición y se cambian las casas por los locales de restauración del centro histórico de Andorra la Vella.
En Encamp, el Carnaval se celebra durante cuatro días y destacan el Judici dels Contrabandistes (Juicio de los Contrabandistas) y el Ball de l’Ossa (‘Baile de la Ossa’), declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de Andorra. Es probable que este baile empezara en la Edad Media, pero ambos actos se recuperan en 1950. En ambos casos la tradición, la música, las críticas y la juventud son los protagonistas. Como lo son aquí y en otros lugares del país las celebraciones de botifarrades populares bocadillos de butifarra). La ingesta de carne antes de la Cuaresma marca, junto con la crítica y la jarana, el Carnaval en Andorra.
*Escudella de San Antonio en Andorra la Vella. Imagen cedida por el Ayuntamiento de Andorra la Vella.