Con la llegada de las colecciones de primavera, el color irrumpe en las tiendas de illa Carlemany. Este invierno, junto con los omnipresentes negro, azul oscuro y gris, hemos visto también, el blanco, el crudo, el grana, el verde botella y el camello en escaparates y maniquíes, pero es en primavera, que justo ahora está empezando, cuando el color es protagonista. Si miramos las pasarelas, las grandes firmas de moda van más allá de las siempre cómodas, perfectas, clásicas y elegantes combinaciones de colores neutros.
Con la inesperada llegada de la pandemia, las marcas optaron por el minimalismo ¾formas simples y anchas, y tonalidades neutras¾ y ahora, dos años después, los colores brillantes, atrevidos y alegres configuran la paleta de una moda que se lo juega todo por llegar a la felicidad mediante el color. Hay que dejar de asociar ciertos colores con fechas concretas del calendario ¾como pasa con el rojo, que está muy marcado por la Navidad y el fin de año¾ y dejar de ver ciertas combinaciones como imposibles ¾como mezclar verde y calabaza¾, porque escoger y combinar colores es el antídoto contra el aburrimiento, la tristeza y la homogeneización.
El naranja vitamina C, el azul Francia, el rojo fuego, el rosa chicle, el lila púrpura que propone Pantone como color del año, el verde menta o el amarillo luminoso son las tonalidades que reinarán esta temporada, con variantes y propuestas derivadas.
Pero, más allá de los colores, la combinación es, también, un sello característico de la temporada, con propuestas que parecen imposibles y que se alejan de los estándares convencionales de la mezcla de colores, ya sea entre prendas de vestir o bien con los complementos. Llamativos, vivas y alegres combinaciones que denotan felicidad y ganas de vivir.