Las ensaladas son un plato abierto y versátil, completo y saludable, y permiten combinar un amplio abanico de ingredientes. Más allá de la cebolla, la lechuga y los tomates —los productos básicos de una ensalada de temporada—, se mezclar sabores diferentes de carne, pescado, queso y fruta, que aporta mucho sabor y ahora hay una gran variedad.

Por ejemplo, puedes combinar un plato de lechuga de hoja de roble con melocotón y pollo a la brasa cortado en pedacitos, o también hinojo y manzana, o la dulzura de una fruta como la fresa y el punto salado del queso feta. Alíñalo todo con aceite de oliva y un vinagre balsámico, y tendrás una buena experiencia de fácil y rápida elaboración.

Otra propuesta más elaborada pero muy refrescante es una ensalada de sandía con sardinas y vinagreta balsámica. Para preparar la ensalada, primero, deja los filetes de sardina durante cuatro horas macerándose en la nevera con vinagre, agua y una pizca de sal. Posteriormente, colócalos en una fuente, cúbrelos de aceite y déjalos durante una hora. Después, añade unas bolas de sandía y unos dados de tomate, previamente escaldados y pelados. También puedes añadir uvas en cuanto sea temporada. Sirve el plato sobre una base de rúcula y hojas de canónigos, o cualquier variedad de lechuga o escarola. Aliña con el mismo aceite de la maceración y sal gorda.

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