El centro comercial illa Carlemany, el centro de Andorra, ha recibido una afluencia elevada de visitantes como consecuencia de las excepciones al confinamiento. Por ello, y ante la posible reapertura total de sus instalaciones, activa más protocolos y medidas de seguridad.
Se controlan el aforo, se aumenta la limpieza y desinfección de pomos, barandillas, pasamanos o botoneras, y se intensifican en los baños. Se establecen rondas más frecuentes de limpieza y desinfección, siempre y cuando las autoridades sanitarias no recomienden el cierre al público de estos servicios en el momento de la reapertura general.
Además, el centro se ha equipado con aparatos desinfectantes del aire creados por el doctor en ingeniería biomédica Pere Monagas, inventor e investigador del Centre de Recerca en Seguretat i Control Alimentari (CRESCA) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Monagas y su equipo llevan dieciocho años trabajando en este producto, que ha sido utilizado con éxito en hospitales de Wuhan, epicentro de la pandemia.
Estos pequeños aparatos, homologados por múltiples organismos internacionales, desinfectan de virus y bacterias tanto el aire como las superficies a través de una serie de reacciones. Según pruebas y certificaciones realizadas por los creadores del sistema, su eficacia es del 99 % en la eliminación de virus, bacterias, olores, hongos, alérgenos y compuestos orgánicos volátiles. Es una tecnología limpia y segura, que no daña el medio ambiente al no liberar líquidos y es totalmente compatible con la presencia de personas o animales.
El centro comercial, además de recordar a los visitantes la necesidad de usar mascarilla —de forma correcta: protegiendo desde la nariz hasta la barbilla— y de poner a disposición de sus clientes expendedores de gel desinfectante, ha establecido sentidos unidireccionales en sus puertas, tanto para entrar como para salir. Se recomiendan, también, circuitos para subir o bajar de las plantas o el uso individual de los ascensores, o solo por unidades familiares. Todo ello, para recalcar la necesidad de mantener las distancias de seguridad.
La máxima preocupación de illa Carlemany ha sido siempre garantizar la máxima seguridad a todos sus empleados y visitantes, porque, a pesar de los inconvenientes que puedan ocasionar ciertas medidas, la seguridad es primordial.