Son muchos los lagos que nos ofrece Andorra para recorrer, visitar, estar en contacto con la naturaleza y hasta practicar alguna disciplina deportiva. En cualquier recorrido por el Principado, podéis encontrar puertos de montaña, valles, ríos, bosques y lagos de origen glacial. Verdaderas postales de belleza natural que nos invitan a disfrutar e imaginar como era esta parte del mundo en el pasado. Hay centenares de estos parajes lacustres en las altas montañas andorranas, y aquí te proponemos una selección de 3 rutas que te llevarán hasta alguno de ellas.
El Lago de Engoslaters
Tiene la particularidad de ser el único de los grandes lagos de Andorra que se encuentra a menos de 2.000 metros de altura y es de los más accesibles. Una ruta corta, de menos de 2 kilómetros, ideal para los que quieran hacer senderismo en familia, con niños, o los que no dispongan de mucho tiempo, porque en un par de horas podrán estar de vuelta en el punto de partida, que se encuentra delante del Museo del Automóvil de Encamp. Aquí las señales indican el camino que cruzará algún que otro riachuelo hasta llegar al GR-11. A partir de esta punto hay que seguir las marcas rojas y blancas para descubrir el paisaje andorrano, con su flora y su abundante agua. Este recurso natural dio lugar a la presa que se construyó en 1934 y que alberga un gran nombre de truchas, tan apreciadas por los pescadores que suelen instalarse durante largas horas en la orilla del lago.
Lagos de Tristaina
Una ruta muy pintoresca y no muy difícil, ya que está muy bien señalizada, hacen de ella una de las rutas más populares de los senderistas, que llegan a la parroquia de Ordino. Son poco más de 4 kilómetros de trazado circular que se puede hacer en menos de 3 horas, porque el desnivel tanto de bajada como de subida no supera los 220 metros. Se parte desde la estación de esquí de Vallnord, pero poco antes de llegar ya tenemos el primer punto de interés: El Arcalís 91. Un inmenso anillo de acero hecho por el escultor Mauro Staccioli a modo de ventana circular por la cual se puede observar el paisaje, que simboliza la perfección y la eternidad.
Una vez empezado el recorrido, el primer sitio de interés es El Llac Primer (el lago de más contraste visual por el azul de sus aguas), después El Llac del Mig (que se encuentra rodeado de canchales y cuellos) y finalmente el más grande de los tres, El Llac de més Amunt. Este último está situado a los pies del pico Tristaina, en un espectacular paisaje de glaciar de alta montaña, por la cual cosa siempre es bueno ir equipados con ropa que abrigue, ya que las condiciones meteorológicas pueden cambiar rápidamente.
Los lagos de Pessons
Un fantástico itinerario de casi 10 kilómetros que puedes hacer en 4 horas (aproximadamente). Os encontrareis con 9 lagos que descubriréis después de superar los 500 metros de desnivel y a través de caminos con subidas y bajadas sin demasiada dificultad.
La ruta empieza en Grau Roig, en la estación de esquí Grandvalira. Si llegáis en coche, podéis dejarlo en el parking del Cubil y caminar en dirección al telesilla para subir por la pista unos 1.500 metros hasta l’Estany Primer, desde donde podéis observar los picos de Montmalús, Ríbuls y Pessons. Dejando el lago a la derecha continúa el camino que os llevará a todos los lagos: el Forcat; el Rodó, que tiene una vista que los alcanza a todos; el Meligar, aquí son las montañas las que se imponen en la panorámica; el Llac de les Fonts, al que se llega después de pasar una zona de grandes piedras de granito. Finalmente, y cuando el camino se hace más recto, llegareis al lago Cap de Pessons.
Durante el mes de marzo estas rutas pueden estar cubiertas de nieve, dependiendo siempre de las condiciones climáticas. Así que utilizar raquetas puede ser una opción ideal para recorrerlos en familia, ya que no requieren de entrenamiento.
* Fotografía cedida por Turismo de Andorra.