Enclavada en medio de los Pirineos con más de 300 km de pistas de esquí parece imposible disociar Andorra de un destino turístico de invierno. Pero cuando éste se acaba y con él la acumulación del blanco sobre sus decenas de picos de más de 2.000 metros de altura, puedes encontrar muchas razones para visitar el Principado y, además de aprovechar para hacer algunas compras, descubrir su pasado cultural, sus recursos naturales, su gastronomía o saber por qué la mayor parte de su superficie es patrimonio de la humanidad. Aquí te dejamos algunas propuestas para que disfrutes Andorra en primavera.
Contempla la naturaleza de sus Parques Naturales
Andorra tiene una gran concentración de espacios protegidos, dispone de 3 Parques Naturales, lo que permite disfrutar de la naturaleza en su estado puro. El Valle del Sorteny abarca algo más de 1.000 hectáreas en la parroquia de Ordino y recorriendo sus diferentes rutas podrás identificar algunas de sus más de 700 especies de plantas y flores o presenciar «isards» en su hábitat natural. Aquí también habitan algunos anfibios como la rana roja o el tritón pirenaico.
4 veces mayor es el Valle de Madriu-Perafita-Claror, donde tienes muchas opciones de excursiones y senderismo para descubrir los rastros que ha dejado el paso del hombre a través de la historia. Comprenderás por qué la UNESCO la ha declarado Patrimonio de la Humanidad en la categoría de paisaje cultural. Y el Parque Natural de los Valles del Comapedrosa, que alberga el pico más alto de Andorra, te ofrece inmejorables paisajes de lagos, cascadas, y bosques, donde se lucen las violetas alpinas, que sobrevuelan las águilas reales y los quebrantahuesos.
Conoce la Ruta del Hierro
A Llorts inicia esta caminata de 4 km con paisajes pirenaicos y perfecta para hacer en familia, ya que tiene un trazado muy sencillo que se puede hacer en un poco más de una hora, y que recorre la historia de la industria del hierro en Andorra, un sector económico de gran desarrollo durante casi 3 siglos el Principado.
Prueba los productos de esta tierra
Carne de ternera, buey, cordero o cabrito, embutidos, quesos, mermeladas, de frutos del bosque, fresa, frambuesa o grosella, son algunos de los productos de calidad que los andorranos producen aprovechándose de los recursos que su entorno privilegiado les brinda. Degustalos en alguna de las bordas pirenaicas y no te vayas sin probar los platos de su cocina tradicional, como el trinxat de montaña o un civet de carne de caza.
* Fotografía cedida por Andorra Turisme